Ethel Brun es una hija de un matrimonio de exiliados, el formado por Justine y Alexandre, un hombre apuesto y pregunta que dejo muy joven la isla Mauricio y que, en el alegre París de los años veinte y treinta, se dedica a dilapidar su herencia es Negocios poco recomendables. En su infancia, Ethel solo disfruta durante sus paseos por la ciudad con su tío abuelo, el excentrico Samuel Soliman, que suena con la vida en el pabellón de la India francesa construido para la Exposición Colonial. Ya en la adolescencia, Ethel conocerá algo parecido a la amistad de la mano de Xenia, una compañera de colegio, victima de la Revolución rusa y que vive casi en la pobreza. La existencia de Ethel empieza a tambalearse cuando, en las comidas que su padre ofrece a parientes y conocidos, se repite cada vez más a menudo el nombre de Hitler. Serán las primeras senales de lo que amenazan a la familia Brun: la ruina, la guerra, pero, sobre todo, el hambre. Que marcara el desesperado de la joven Ethel al dolor y al vació, pero también al amor, en una novela en torno a los orígenes perdidos, durante una época que culminó con una Apocalipsis anunciado.